Así recuerda la familia a doña Ernestina fallecida en el accidente del pasado viernes en el entronque de la carretera a Candela y el libramiento Eliseo Mendoza Berrueto
Ernestina Cerda que en septiembre cumpliría 94 años de edad dejó en vida 12 hijos de nombres Juan, Roberto, Santiago, Jesús, Rogelio, Ramiro, Ismael, Martha Elena, Rita y Guadalupe. Otros dos ya habían fallecido mucho tiempo atrás.
Hasta en cierta forma la familia se encuentra en calma y su consuelo es que su señora madre se reunió ya con su papá quien en vida respondía al nombre Manuel Solís y que falleció cuatro años antes.
Según el relato de su hijo Jesús, su mamá era una mujer que los acostumbró a todos a llamar o acudir a verla todos los días por las mañanas “Si no ibas de inmediato te hablaba o le pedía a mi hermana Martha que nos hablará para saber porque la falta a casa”.
Vivió acostumbrada a estar entre gallinas y animales de rancho, originaría del ejido El Oro municipio de Monclova jamás quiso separarse de sus animales y su vida transcurría entre vuelas al rancho y Monclova porque uno de sus principales pendientes después de sus hijos era que sus animales tuvieran alimento.
“Ayer me habló mi hermana y me dijo que mamá quería que fuera al rancho, le dijo que en un rato más iba para llevar el alimento de las gallinas. En el camino me las encontré ahí por las higueras y solo les saludé y les dije que en un rato las alcanzaría en la casa. Apenas llegué al rancho y sono mi teléfono diciéndole que habían tenido un accidente. Esa fue la última vez que mire en vida a mi madre” dijo Jesús Solís Cerda.
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